martes, 4 de octubre de 2016

Muerte


Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Cesare Pavese


El otro día paseaba de noche y un cartel gastado, pegado en una puerta de madera y color verde. Con letras mayúsculas toscas rezaba: Prohibido aparcar, se llama a la grúa. La escena era trágica. La puerta no abría más que a un solar abandonado, cercado entre paredes semiderruidas y con varias pintadas en sus muros, sin cubierta alguna que le protegiera de la intemperie. Y justo delante de la puerta verde donde el cartel estaba apostado, había aparcado un coche, sabedor de que aquella sentencia jamás habría de cumplirse; se había convertido en el eco de un tiempo pasado, en la prueba de la muerte de aquel humilde ser edilicio que hubo luchado por ser reconocido en su pequeña esquina de la calle.