lunes, 10 de junio de 2013

Comer macarrones refuerza los vínculos sociales

    He leído un artículo editorial perteneciente al diario El País en el que se trata, una vez más, el tema “crisis” pero, esta vez, alzando un ánimo de: Venga, que no estamos tan mal. Está bien la visión optimista de las cosas, siempre hay que tener confianza en uno mismo para salir de la situación en la que está o simplemente, confiar en que un golpe de suerte puede llegar a darte ese empujón que necesitas. Si no fuésemos optimistas, no llegaríamos a conseguir ningún propósito. Ahora bien, no está bien ser optimista de pose. 



    ¿A qué me refiero? Bien, en la situación en la que estamos, nos ha tocado sufrir una crisis económica de la que la población de a pie no es culpable, de la que son culpables los peces gordos de las finanzas y todos aquellos “que se han hecho a sí mismos” construyendo bloques y bloques de hormigón armado, nada bonitos, que se alzan imponentes destrozando la belleza costera en alguna parte del litoral español. Entonces, supongo que a alguien de a pie que coja este artículo editorial y lea  “los privilegiados que pueden trabajar al día siguiente” y seguidamente “Y reunirse en casas en vez de salir por ahí contribuye a reforzar vínculos sociales” no creo que le haga mucha gracia. Creo que lo que comienza intentando ser algo cercano, un grito de ánimo, termina en una broma un poco pesada que te baja el ánimo riéndose de aquellos que no van a cenar fuera y refuerzan vínculos sociales debido a eso, debido a su poco dinero. Como ejemplo, me viene la siguiente frase esclarecedora a la cabeza: “Tranquilos, no tenemos ni un duro, comeremos macarrones que es lo más barato, porque no podemos ir a cenar fuera, mientras reforzamos nuestros vínculos sociales”. Esta editorial me ha parecido una pose un poco triste, el que la ha escrito, uno de esos privilegiados, seguramente bastante privilegiado (posiblemente el director del periódico), te dice que no podrás seguir teniendo el nivel de vida que tenías antes porque no tienes dinero, igual tampoco trabajo, pero que no te preocupes, que de tu ruina sacarás los increíbles buenos hábitos de ahorrar ligeramente cerrando el grifo mientras te lavas los dientes o siendo ecológico debido a que usas el transporte público. El mensaje que intenta ser un poco cómico y cercano respecto a la situación económica no tiene gracia cuando el que se ríe no es como tú. Te puedes reír de ti mismo, eso siempre ha dado resultado, pero no lances un mensaje “optimista” de imagen con alguna broma que, aunque bien intencionada, te hace acabar reflexionando sobre el triste plato de macarrones que tienes para cenar que se compensa con tu nuevo hábito solidario con el medio ambiente. Exagerar sí que he exagerado, pero lo que venía a decir lo he dicho.




El artículo: http://elpais.com/diario/2012/02/07/opinion/1328569203_850215.html